Tope Awotona, director ejecutivo y fundador de Calendly, se recuesta en su silla y lanza una fuerte carcajada.
Calendly no tiene el negocio de la planificación para sí mismo. Square, Microsoft y Doodle, con sede en Zúrich, ofrecen productos de la competencia, pero Calendly ha logrado popularidad gracias a su diseño sencillo de usar y elegante y a su modelo freemium, que le permite atraer clientes de pago sin necesidad de marketing.
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Awotona no se limita a programar reuniones, sino que crea herramientas que ayudan a reclutadores, vendedores y otros empleados de oficina a gestionar esas reuniones antes y después de que se produzcan. Eso significa dirigir las reuniones a la persona adecuada en una gran empresa y añadir los documentos pertinentes, como presupuestos y agendas, que se necesitan para que la reunión se desarrolle mejor en la propia invitación.
También incluye la integración con herramientas de productividad como Salesforce para hacer un seguimiento de los resultados. Otros pueden considerar la programación de reuniones como una tarea pesada, pero Awotona la considera clave para establecer conexiones con todo lo que ocurre dentro de una organización.
Esta visión expansiva le permite especular que el mercado global al que Calendly está vendiendo tiene un valor potencial de 20.000 millones de dólares.
«En mi vida, me he beneficiado de no aceptar la sabiduría convencional, me ha beneficiado personalmente y creo que ha beneficiado al negocio», dice Awotona.
Awotona nació en Lagos (Nigeria) en una familia de clase media. Su padre era microbiólogo y empresario; su madre trabajaba en el banco central. Lagos, una ciudad de 15 millones de habitantes, es económicamente vibrante pero peligrosa. Cuando Awotona tenía 12 años fue testigo de cómo asesinaban a su padre en un robo de automóvil. «Una parte de mí, desde muy temprana edad, quería redimirlo», dijo una vez.